Salida botánica en Cadaqués

Bahía de Cadaqués vista desde el este.

El pasado domingo día 20 de octubre nuestro equipo del LIFE realizó una salida botánica, abierta a todo el mundo, para observar la flora de Cadaqués. Se hizo una breve explicación sobre el objetivo del Proyecto, en qué consiste el LIFE medCLIFFS y qué papel toman los voluntarios en su desarrollo. Se repartió material de apoyo para ayudar a identificar las plantas alóctonas que encontraríamos, y que se siguen en el proyecto. Mientras tanto, la gente se iba descargando la aplicación iNaturalist e iba creando su perfil para después enseñarles a hacer observaciones. Así pues, empezamos por el tramo N19, por la costa este de la bahía de Cadaqués. Nos detuvimos a ver las primeras plantas que salían de las paredes justo delante del mar, donde varios pies de tabaco lampiño, o gandul (Nicotiana glauca) que usamos como ejemplo de planta alóctona. También comentamos que una planta alóctona puede encontrarse en diferente grado de naturalización (lo que diríamos “como de establecida se encuentra”) pudiendo ser ocasional, espontánea o naturalizada y de ahí pudiendo volverse invasora. Después vimos una gran población de Malephora sp. que cubría casi toda la parte superior del acantilado y explicamos cómo debe contarse una población. Por el contrario, una participante preguntó si una población de malva alta (Malva arborea) que crecía cerca de las Malephora sp. era una planta invasora, a lo que respondimos que no, esta especie es autóctona. El hecho de ver mucha cantidad de una especie sola en una zona puede dar la sensación de invasión, como vimos con las dos especies anteriores.

Población de malva alta (Malva arborea) en el inicio de la ruta.

Siguiendo el camino encontramos propiedades privadas con zonas ajardinadas con planta alóctonas, como una buganvilla (Bougainvillea spectabilis) y un cardenche (Cylindropuntia imbricata) como plantas que no presentan un riesgo de invasión en la zona, pero sí había múltiples individuos de agave (Agave americana) donde se veía su potencial de dispersión en la misma zona.

Parada delante un jardín privado donde se ven algunas plantas alóctonas plantadas como un cardenche (Cylindropuntia imbricata) y agaves (Agave americana).

Ya llegando a la playa de Ses Oliveres volvimos a ver más plantas de gandul (Nicotiana glauca) en flor y con juveniles creciendo entre la arena y rocas. Luego nos detuvimos delante un palmito (Chamaerops humilis) para comentar que la jardinería, como fuente de origen de la mayoría de plantas invasoras, no solo trabaja con plantas alóctonas sinó que también tiene plantas autóctonas. Y de hecho se están haciendo estudios para ver si los palmitos de la zona norte de la Costa Brava siguen siendo nativos o provienen de cultivos de la costa francesa.

Ya volviendo a la subida del camino encontramos una población exuberante de Lantana × strigocamara un híbrido muy común en los jardines de clima mediterráneo en nuestro país, sobretodo en la costa. Habitualmente se encuentra plantada con uno de sus parentales, la bandera española (Lantana camara).

Camino a la playa Ses Oliveres donde la población de gandul (Nicotiana glauca) queda en la zona rocosa y la población de palmito (Chamaerops humilis) cerca de la arena.
Detalle de las flores y hojas del gandul (Nicotiana glauca).

Población de Lantana × strigocamara y detalle de sus flores, hojas y frutos inmaduros.

Igual que comentamos con la Malva arbórea como planta autóctona, al encontrar plantas típicas de acantilados mediterráneos nos parábamos a observar la flora nativa del territorio. Aquí vimos una planta exclusiva de la costa y de este ambiente en concreto, el hinojo marino (Crithmum maritimum), y una población bien resguardada bajo el muro de limonios (Limonium sp.) aún en flor y varios individuos secos y nuevos de guinguidio (Daucus carota subsp. hispanicus).


Plantas de hinojo marino (Crithmum maritimum) en flor y fruto [izquierda] e inflorescencia de guinguidio (Daucus carota subsp. hispanicus) [derecha].

Flores púrpuras y hojas mucronadas de Limonium geronense.

Justo antes de llegar a la playa del Ros enseñamos un ejemplar de palmera canaria (Phoenix dactylifera) como planta muy habitual e integrada en el paisaje de costa pero que no es realmente típica, de esta en concreto. Al lado había una población aislada de gaura blanca (Oenothera lindheimeri) que podría haber sido plantada expresamente o escapada de algún jardín cercano, aunque raras veces la vemos así.

Flor de gaura blanca (Oenothera lindheimeri)

Una vez llegados a la playa seguimos encontrando plantas autóctonas que suelen pasar más desapercibidas como el beleño blanco (Hyoscyamus albus) entre las grietas del muro y la arena. La gente se sorprendió al saber que era una planta venenosa y de la misma familia que el tabaco y el tomate, las solanáceas, y que su fruto fuese una cápsula seca y que sus semillas se dispersaran por el viento.


Planta de beleño blanco (Hyoscyamus albus) en flor [izquierda], y detalle de los frutos (cápsules) maduros [derecha].

A unos metros más había varias plantas de otra familia, de flores menos aparentes, las amarantáceas. Había una gran población de orzaga, salgada o salobre (Atriplex halimus) una planta comestible y como indica su nombre, y por crecer en sitios con elevada salinidad, es de sabor salado. Cerca suyo encontramos algunos cenizos (Chenopodium album) resguardados del viento bajo la orzaga, y de la misma familia y comestible. Además, este comparte el mismo género con la quinoa (Chenopodium quinoa), cosa que sorprendió bastante a la gente.


Orzagas (Atriplex halimus) secos con algunos brotes nuevos [izquierda], y cenizo (Chenopodium album) [derecha] ambos de la misma familia, las amarantáceas.

Antes de subir las escaleras para pasar por el cabo y llegar a la playa de Pere Fet enseñamos una de las plantas invasoras leñosas más comunes que encontramos, el pitósporo (Pittosporum tobira). Aquí pedimos a los voluntarios que mostraran como hacer una observación dentro de un transecto y entre todos comentamos como rellenaríamos los campos del formulario. Sobre todo, a efectos de identificar la población, la extensión y número de individuos que era lo más difícil. Y luego el estado reproductivo; es decir, si había flores o frutos y si hay regeneración observando presencia de nuevos individuos.

Participante registrando una observación de una población de pitósporo (Pittosporum tobira) en iNaturalist mientras todos comentan los campos a rellenar del formulario cuando se añade una observación en la red de voluntarios del proyecto LIFE medCLIFFS.

Siguiendo el camino fuimos viendo más plantas alóctonas y autóctonas que algunos conocían o les sonaban. En este punto recalcamos la importancia de conocer tanto la flora del lugar como identificar las plantas foráneas, como el caso del cardo yesquero (Echinops ritro) autóctono y en general desconocido por los participantes y la planta de hielo rosa (Drosanthemum floribundum) y la pita real (Aloe maculata) alóctonas, pero conocidos por los participantes; aunque las tres especies se encuentran en la Costa Brava. Antes de llegar a la playa, nos paramos a enseñar unas tomateras (Solanum lycopersicum) espontáneas que habían salido entre la pinaza, como caso de planta alóctona no naturalizada.


Cardo yesquero (Echinops ritro) [izquierda], planta de hielo rosa (Drosanthemum floribundum) [centro] i pita real (Aloe maculata) [derecha].

Participantes delante una zona con restos vegetales donde individuos de pita real se han establecido y han creado una población [izquierda] y un individuo adulto de Aloe maculata con un juvenil al lado [derecha].
Planta juvenil de tomatera (Solanum lycopersicum) abriéndose camino entre la pinaza, observación casual.

Ya en la cala, a un lado comentamos una planta muy extendida por Europa, no solo en la Costa Brava, y que se considera muy invasora, aunque se ha usado desde hace mucho tiempo, la caña (Arundo donax). En este caso pasó un poco desapercibida ya que tenía pocos pies y se encontraba entre arbustos de lentisco (Pistacia lentiscus) y no parece que pueda presentar un gran peligro. Aun así, todos coincidimos en que cuando salen en general acaban cubriendo grandes extensiones que no dejan crecer nada más, y sobretodo aíslan los márgenes de los cuerpos de agua creando una gran barrera. Otra invasora de las zonas costeras, es el mióporo, gandul o siempreverde (Myoporum laetum), una planta endémica de Nueva Zelanda y que, por similitud del clima, se cultiva y adapta bien.


Población reducida de caña (Arundo donax) creciendo entre lentiscos delante el mar i los participantes comentando la invasividad de esta especie.

Árboles y detalle de las hojas de los mioporos (Myoporum laetum) cultivados delante la playa donde algunos se dispersaron y crecieron más allá del muro.

Después, camino a la playa de S’Arenella, nos hicimos la foto final de grupo típica de las salidas del LIFE.

Foto de grupo de los participants con los voluntarios y personal del proyecto LIFE medCLIFFS.

Antes de terminar pasamos por un punto cerca de una casa donde había una ingente cantidad de plantas invasoras que salían del jardín, y donde se podía ver directamente el impacto que tenían éstas sobre la flora local. Aquí vimos un mosaico de pitósporo (Pittosporum tobira), uña de gato (Carpobrotus sp.), tunera (Opuntia ficus-indica) y una extensión de Opuntia pulverula que afectaba directamente a la población de limonios (Limonium sp.) local, cubriendo las rosetas basales con las palas nuevas y privándolas de luz solar.

Mosaico de plantas alóctonas escapadas del jardín de una propiedad privada.

Población de Limonium sp. creciendo en el pie del muro, delante la Playa d’en Pere Fet, afectada por el crecimiento de la población de Opuntia pulverula. A la izquierda se ve un individuo adulto de Limonium sp. con las espigas del año anterior y la roseta basal aún expuesta, aun habiendo algún fragmento  de Opuntia. A su derecha, otro individuo con las espigas antiguas, este pero, queda cubierto por las palas de la Opuntia y no recibe luz solar en su roseta basal. Este es uno de los principales problemas que sufren los Limonium.
Último punto de la visita delante la casa del mosaico de plantas invasoras.

En este punto concluimos con la salida y la gente nos comunicó que habían quedado muy contentos con la salida, las explicaciones y el proyecto en sí. Recordamos a los voluntarios que el día 16 de noviembre, en el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, en el Fòrum, se hará la reunión anual de voluntarios del LIFE medCLIFFS. Por parte del equipo del LIFE valoramos mucho la implicación que tuvieron los participantes y su interés tanto por la visita como por la iniciativa de volverse futuros voluntarios del proyecto.

Texto y fotografías: Edgard Mestre